Introducción
La Reserva Nacional de Paracas es reconocida por albergar una diversidad de aves y por constituir el punto de parada de aves migratorias de norteamérica, Galápagos, La Patagonia y la Antártica (Convención suscrita en Ramsar, Irán, 1991). A esta Reserva, migran algunas especies de la región altoandina durante sus períodos no reproductivos. Paracas también es importante porque se protegen poblaciones residentes como el pingüino Spheniscus humboldtii y el potoyunco Pelecanoides garnotii que están en vías de extinción. El cóndor andino Vultur gryphus también habita en Paracas.
En Paracas también encontramos restos arqueológicos chavinoides y pertenecientes a la cultura Paracas (500 A.C.-100 D.C.). Existen alrededor de cien sitios arqueológicos y representan la interacción del hombre con el mar hace 9 000 años.
Por otro lado, la bahía de Paracas fue escenario del desembarco de la Expedición Libertadora al mando del General San Martín que marcó el inició de la independencia del Perú.
Estos valores biológicos, ecológicos, arqueológicos e históricos han sustentado el reconocimiento de Paracas como Reserva Nacional en 1975 por el Estado Peruano y como Humedal de Importancia Internacional por la Convención de Ramsar en 1992. Sin embargo, Paracas también es una zona de desarrollo social y económico de la región.
En tal sentido, el presente trabajo propone una serie de alternativas para el manejo de la playa La Mina así como de las principales actividades para que los residuos sólidos que produzca el turista no atente con el ecosistema.
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